El acero de Damasco es un tipo de acero de crisol que se fabricó activamente en Oriente Medio aproximadamente desde el año 1100 hasta el 1700. Las espadas templadas con este acero eran legendarias por su fuerza y por su filo, y pronto se convirtieron en un objeto muy apreciado entre los ejércitos de la época. Se reconocen fácilmente por los característicos patrones ondulantes en su hoja. Por desgracia, la ténica exacta de su fabricación se perdió hace siglos, y desde entonces ha sido objeto de conjeturas casi mitológicas para metalúrgicos de todo el mundo. Algunas universidades y estudiosos afirman haber dado con la misma pero la realidad es que la fórmula de producción original parece perdida para siempre.En la actualidad, algunos artesanos reproducen la técnica de Damasco según esos estudios logrando resultados que son, como mínimo, igual de sorprendentes. Implica templar (poner el acero al rojo vivo y pasarlo por el agua) 8 veces con diferentes grados de intensidad y en cada uno de esos pasos ir dándole forma a la hoja.